viernes, 21 de diciembre de 2012

Our First Kiss - Capitulo 17


"Our first kiss" Harry Styles y tú.




Capitulo 17




Te sacó muy rápido del lugar, te puso en su auto y tu ya estabas casi durmiendo.
—¿Por qué te metes en tantos líos, preciosa? —te besó la frente.
—Eres un héroe —susurraste, muy bajito, mientras cerrabas los ojos.
—¿Que no siempre las princesas son rescatadas de alguna forma? —sonrió.
Tu también.
El camino a casa no fue muy largo, bajó de su auto, te bajó a ti, te tomó en brazos y te dirigió a la puerta de tu casa. Tú estabas completamente dormida.
—¿Hay alguien en casa? ¿Hola? —preguntó.
Louis abrió la puerta.
—¡Madre de Dios! —gritó al verte.
—Shh... —indicó Hazza—. Está dormida, por favor, acuestala y deja que descanse.
—¿Ha bebido algo? —preguntó Lou preocupado.
—No lo sé... solo la traje a casa —respondió él, ocultando que un tipo te estaba toqueteando para no preocuparlo.
—Eres un buen chico —sonrió Lou—. ______(tn) debería estar en deuda contigo, la has salvado dos veces. ¿Cómo agradecerte?
—Una sola sonrisa de ella me basta —dijo.
La luz del sol en la mañana entraba por tu ventana, y te pegaba directamente en los ojos. No recordabas nada, ¿que había pasado anoche? Edward, Lis... Harry. Un revoltijo de pensamientos estaba en tu mente.
—Buenos días, ______(tn) —saludó Louis con una bandeja en una mano, y una caja en la otra.
—Hola Lou, ¿que ha pasado? —preguntaste.
—Creo que has bebido algo en una fiesta, pero Harry te ha traído —sonrió.
—Oh... —mascullaste.
—Te traje el desayuno —dijo, poniendo la bandeja en sobre ti—. Y una caja donde mamá te ha mandado varias cosas.
Abriste la caja como un niño abriendo un juguete nuevo. Un perfume, un vestido, una revista y dos collares: uno con un colgante de una llave, y el otro con el colgante de un corazón. También había una nota: "Hija, espero que te gusten las cosas que te he comprado, te amo mucho, pronto estaremos por allá. Postata: te mandé los collares para que le des el de la llave al chico que te robe el aliento, tal como siempre lo has soñado". Rodaste los ojos.
—Mamá y sus cosas cursis —dijiste.
—_____(tn), ella quiere que seas feliz con un chico —respondió Lou.
—Bueno... ¿y tú que tal todo con Lis? —preguntaste, poniendote los collares al cuello.
—Todo bien, siempre nos llamamos en la noche —suspiró—. Tengo miedo de que llegue alguien más, y me la quite.
—Vamos Lou, eres hombre ¿no? trata de conquistarla todos los días... —dijiste—. Es lo que quiere toda mujer.
—Te haré caso —dijo él—. Bueno, tu no vas al colegio hoy, te quedas acá. Yo me voy ahora, te quiero, adiós.
—Adiós, Lou.
Salió por la puerta de tu habitación. Te quedaste sola, comiste un poco de pan y tomaste jugo de naranja mientras cambiabas los canales de la tele de un lado a otro.
—Ah... dulce día sin colegio —susurraste.
Fuiste a la cocina, sacaste unas galletas y te sentaste en el sillón, tratando de recordar lo que había pasado anoche.
"Ed intentó... eso. Harry me salvó, le debo la vida." pensaste. "Debería hacer algo para agradecerle, siempre me salva".
Tomaste tu teléfono, dudosa, marcaste el número de Hazza.
—¿Hola? —contestó Harry.
—Hola, soy _____(tn) —respondiste.
—¿Estar tú mejor? —preguntó.
—Sí...sí, estoy mejor —dijiste—. Quería... agradecerte por lo de anoche, y por lo de la otra vez, y por... por todo.
—_____(tn), me importas demaciado, debía hacer algo por tí —respondió.
"Me importas demaciado" esa frase se pegó en tu mente.
—¿Quieres... venir a mi casa hoy? —soltaste rápidamente.
Al otro lado de la línea no hubo respuesta por un rato, solo la respiración de Harry.
—Claro, ¿a que hora? —preguntó, soltando una risa.
—A las diez —dijiste—. A cenar algo, tu sabes...
—Sí, iré —respondió rápidamente—. Ahí estaré, a las diez, en la puerta de tu casa.
—Te espero —reíste, y cortaste la llamada.
Al cortar, te sentaste nuevamente en el sillón, y gritaste emocionada.
—¡Harry vendrá a mi casa a cenar! —te tapaste la boca.
"¿Eso salió de mi boca?" pensaste.
Te dirigiste a tu habitación y prendiste la tele de nuevo.
—Aburrido, aburrido, aburrido... —dijiste mientras apretabas el botón.
De pronto, algo llamó tu atención. Era Edward, estaba en la tele, cantando. ¿Cantando? sí, cantando.
—Esta canción, va para una chica, una chica muy especial... —comenzó a cantar.
La guitarra y su voz eran un compás perfecto. Te fijaste en el canal que estabas viendo, MTV.
"¿He estado en el baño con un artista de UK?" pensaste.
Te pusiste una mano en la frente, aún incrédula. La canción acabó, y pasaron al siguiente video, que era de Jessie J.
—Que diablos ha pasado... —murmuraste para tus adentros, y apagaste la televisión.
Tocaron el timbre de tu casa, y fuiste rápidamente a la puerta.
—¿Alguien a pedido una pizza? —dijo el chico con una caja en la mano.
—Creo que fue Lou... —dijiste.
—Sí, es para él —respondió—. Toma, gracias.
Dijo, y se subió al auto rápidamente.
Abriste la caja plana y viste la apetitosa pizza, no pudiste evitar sacar un pedazo.
—Esto es vida...—dijiste, tragandote un trozo.
La tarde pasó rápido, entre televisión, películas y mucha comida.
—¡Diablos! ¡Ya son las seis! —chillaste, en la soledad de tu casa—. ¿Qué cocinaré? ¿Pizza? No, _____(tn), piensa en algo mejor...
Pusiste el mantel, los individuales, y unas velas. ¿Velas? habías pensado si ponerlas o no, pero optaste por darle un toque más lindo.
—Aquí debe haber algo que cocinar... —dijiste revisando unos recetarios en tu computadora—. ¿Tacos? oh bueno, no hay nada más.
Apagaste la pantalla y corriste a la cocina a preparar los "mejores tacos de la vida" según tus pensamientos.
Al estar listos, los dejaste en un plato, te lavaste las manos y te dirigiste a tu habitación a cambiarte de ropa.
—Muy corto, muy largo, muy ajustado, muy suelto... muy angosto —dijiste mientras revisabas los vestidos—. ¡Ya son las siete y media! ¿Tanto me he esmerado en hacer esos tacos?
Recordaste el vestido que te regaló tu mamá, que era hermoso. Te lo pusiste y te miraste al espejo.
—No está nada mal, para alguien como yo —susurraste.
{el vestido era algo así: https://fbcdn-sphotos-h-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash4/310730_303792399630777_292620019_n.jpg}.
Te maquillaste, te peinaste y luego fuiste nuevamente a el comedor para dejar los tacos sobre la mesa.
Finalmente, te sentaste en el sillón a ver televisión a esperar que Hazza llegara.
Un rato después fueron las ocho, luego las nueve...
—Prenderé las velas, ya debe estar por llegar —sonreíste.
Las prendiste con un fósforo, y luego te sentaste pacientemente en el sillón. Pero algo pasaba.
Las nueve y media, las diez... las diez y media.
"¿Por qué no llega?" pensaste.
Te sentaste en una de las sillas de la mesa, mirando el reloj, que ya estaba por dar las once.
—Debe haberme dejado plantada... solo esperaré media hora.
Tamborileaste la mesa con las uñas, una por una, aburrida. Te quedaste mirando la llama de la vela, sintiendo su calor.
—Vale... de seguro se ha ido con Rebecca, ______(tn), dejate de ilusiones —te dijiste, apagando las velas.
Resignada, te comiste un taco y miraste una película que acababa de empezar, con esa presión en el pecho. Y de la nada, soltaste una lágrima.
—Que ridícula soy, llorando, se me ha corrido todo el maquillaje —te limpiaste la lágrima.
"¿A quién diablos engaño?, me siento mal..." pensaste, y la segunda lágrima rodó por tu mejilla.
Miraste el reloj por si acaso, pero no había nada que esperar, ya que eran las doce. Luego de eso una tercera, y luego una cuarta, quinta... definitivamente estabas llorando.
"¿Por qué lloro por él? ¿Acaso te importa tanto, _____(tn)?" te decías en tu interior.
"Estúpido, estúpido, estúpido... las promesas se cumplen" pensaste otra vez, mientras la sexta lágrima caía por tu mejilla derecha.
Tocaron la puerta.
"De seguro a de ser Lou, le diré que estaba llorando por el Titanic, siempre se la cree" craneáste mientras abrías la puerta.
Pero no era Louis, no. Te encontraste con la sorpresa de que era Harry, con sus jodidos perfectos ojos que miraban con detención tu maquillaje corrido.



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